Yo no creo que hubiera nunca dos Españas, ni siquiera cuando había dos bandos separados por un frente de guerra. Pero quizá sí hay, o hubo, dos modelos opuestos y del todo incompatibles de español, que en este caso habrían sido Francisco Franco y Juan Negrín. Franco pequeño, Negrín grandullón; Franco con voz de pito, Negrín con voz rotunda de gigante canario; Franco beato, militar, militarista, ultrarreaccionario, provinciano;
Negrín librepensador, científico, viajero, republicano, vividor. Negrín presidió durante casi dos años angustiosos el Gobierno legítimo de la República; Franco se sumó arteramente a un golpe de Estado ya en marcha y se las arregló para alcanzar un poder absoluto, para mantener durante treinta y tantos años el espíritu de victoria y revancha sobre los vencidos. Franco murió en la cama en Madrid con 83 años después de una agonía lenta y cruel, y Negrín, que era solo unos meses mayor, a los 64, en París, de un ataque al corazón. Franco quiso ser enterrado en el mausoleo necrófilo del Valle de los Caídos; Negrín pidió que en la lápida de su tumba, en el cementerio del Père-Lachaise, sólo estuvieran las iniciales de su nombre.
Franco. Anatomía de un dictador. Enrique Moradiellos.
Antonio Muñoz Molina. Babelia.
Uno al final de su muerte ostentación y otro al final de su muerte discreción.Cara y cruz...cruz y cara de nuestra España...
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
MA.
El blog de MA.
Querida MA, ya lo dijo el poeta: "... una de las dos Españas ha de helarte el corazón."
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